Hace dos años adquirí un prunus mume seducida por la característica floración de estos árboles, con la idea de poder disfrutarla en mi terraza, sólo para mis ojos............. ¡¡¡¡¡Cuán lejos de la realidad!!!!
La verdad es que el primer año no me floreció en absoluto y el segundo, tan sólo pude disfrutar de dos tímidas flores tan fugaces como la vida misma. Me encontraba frustrada y decepcionada. Algo se me estaba escapando....
Eso me llevó a investigar por qué mi árbol no desarrollaba esa espectacular floración, en qué me estaba equivocando y qué técnicas había para estimularla.
La verdad es que el primer año no me floreció en absoluto y el segundo, tan sólo pude disfrutar de dos tímidas flores tan fugaces como la vida misma. Me encontraba frustrada y decepcionada. Algo se me estaba escapando....
Eso me llevó a investigar por qué mi árbol no desarrollaba esa espectacular floración, en qué me estaba equivocando y qué técnicas había para estimularla.
Gracias a la ayuda de un compañero que me pasó un artículo de Sebastián Fernández, este año el resultado de la floración ha sido significativamente mejor, por eso quiero compartir con vosotros este descubrimiento y los resultados de mi puesta en práctica de lo aprendido de este gran maestro.
Según Sebastián Fernández, la floración se puede estimular de forma muy sencilla. Es cuestión de dejar crecer las ramas a 7-10 cm. en los árboles pequeños (de hasta 20 cm.) y de 10 a 15 cm. en los árboles medianos (de 20 - 45 cm.) y en caso de tenerlos grandes (más de 45 cm.) dejar crecer hasta 20 cm. Ahora, cortaremos la punta para detener el crecimiento.
Como mi árbol es de un tamaño medio, dejé crecer unos 15 cm. a sus anchas antes de cortar.
Según el artículo, a los 120 días desde el inicio de la brotación, podaremos dichas ramas a 6 hojas y cortaremos las dos primeras por la mitad. Os he puesto la foto que Sebastián Fernández aporta en el artículo para que lo veáis claro. Él aconseja que si las ramas son flexibles, aprovechemos para alambrar (aunque yo no lo he hecho esta vez). Al año siguiente, después de la brotación, recomienda podar por encima de las dos primeras yemas, que no serán de flor, ya que al cortar en la época indicada, éstas se habrán transformado en yemas vegetativas. Este método, no sólo estimula la floración sino también la ramificación corta y compacta.
Y ahora, mi experiencia.
Tal y como se aconsejaba, podé las hojas a los 120 días. Y el resultado ha sido espectacular, mirad la cantidad de yemas de flor por cada rama que han surgido este año.
Y por fin, el día 20 de diciembre, la primera flor. Los prunus tienen fama de ser los árboles que primero florecen. Algunas variedades como ésta, lo hacen en diciembre, y otras muchas, a lo largo de enero y febrero.
Aquí vemos el resto de los capullos a punto de abrir.
Y lo inevitable...la tan ansiada explosión de color a finales de diciembre. Un espectáculo para los sentidos. ¡¡¡¡Realmente impresionante!!!!!
Me he sorprendido de lo fácil que ha resultado. Queda por ver qué tal se dará la brotación este año y el que viene, pero como no podía esperar, prefiero contaros esto y el año que viene completaré el artículo con los resultados sobre la ramificación.
Os dejo con unas bonitas instantáneas para compartir estas cosillas que a mí tanto me gustan.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente artículo. Muy bien explicado. Saludos
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