miércoles, 4 de septiembre de 2013

TALLER CON SEBASTIÁN FERNÁNDEZ, HOMENAJE A MIGUEL TORRES AVISBAL

El domingo 4 de Agosto, los miembros de la ACB hemos tenido la oportunidad de realizar un taller con Sebastián Fernández, propietario de Bonsái Haiku y conocido sobradamente por todos los aficionados al bonsái.
Este taller, realizado en el aula Celestino Mutis del Real Jardín Botánico de Córdoba, a cuyos responsables agradecemos una vez más su colaboración, ha sido muy especial por varios motivos, uno de ellos las fechas de realización. Somos pocos los aficionados que nos atrevemos a trabajar los árboles en los meses de verano, desaprovechando con ello la oportunidad de profundizar en el modelado y el diseño de nuestros bonsáis, perdiendo un tiempo precioso que bien utilizado puede ayudar a aumentar la belleza y madurez de nuestros proyectos.
Y el más importante sin duda, el hecho de que se ha realizado de forma altruista por parte de Sebastián, quien insistió en hacerlo como forma de homenaje a Miguel Torres Avisbal.


Comenzó Sebastián explicando el por qué de este homenaje, nos contó como conoció a Miguel cuando fue  invitado para realizar la demostración en la XI Exposición de Primavera, celebrada en el año 1999 en el Palacio de la Merced, y del ofrecimiento de colaboración que éste le hizo.

Como consecuencia de aquello, cuando Miguel viajó pocos meses después a Japón, Sebastián le encargó que le trajese un membrillero japonés  de la variedad toyonishiki. Este membrillero presenta la particularidad de producir flores de distintos colores en la misma planta. En Bonsái Haiku llevaban tiempo intentando conseguirla sin lograrlo.

Miguel cumplió el encargo, para lo que se desplazó expresamente a la ciudad de Omiya, a Mansei-en, el vivero de Saburo Kato donde compró un pequeño bonsái de esa especie y se lo trajo. De el provienen los ejemplares que actualmente cultiva Sebastián.

Contaba Sebastián todo esto para destacar las cualidades de bondad y generosidad de alguien que, sin apenas conocerlo, se esforzó y preocupó por cumplir el ofrecimiento que le hizo, aún cuando ello le supuso trastornos y molestias. Cualidades por otro lado de sobra conocidas por todos cuantos tuvimos la suerte de conocer a Miguel.


Dado el alto número de participantes, mas de quince y que no se había marcado un nivel de conocimientos mínimos, al iniciar el trabajo, se planteó el taller analizando las distintas especies aportadas, ya que se entendía que de esta forma las técnicas y cuidados indicados servirían de ayuda y guía para todos los presentes y que así sería mas dinámico el trabajo, y productivo el tiempo empleado que haciéndolo individualmente.

Se comenzó con los arces trífidos japoneses, analizando el estado de salud de algunos de los ejemplares, señalando Sebastián las carencias que presentaban y la forma de corregirlas.

También indicó las técnicas de cultivo y modelado, incluyendo poda, alambrado, pinzado, tipos de sustratos  y abonado, que era necesario aplicar.



Diseño y modelado de ramas.



     Análisis y decisión del frente.


                               

Poda de estructura.


                            Zona de Injerto de aproximación.                       


Rama posicionada con alambre.


Injerto de aproximación finalizado.




 Injerto mediante taladrado del tronco.

         Una vez dado por concluido el trabajo con los arces y tras el almuerzo, se continuó el taller analizando y trabajando los olivos y acebuches, entre ellos un ullastre mallorquín.



La metodología empleada fue la misma, estudio de los ejemplares aportados y aplicación de las técnicas de modelado adecuadas a cada uno de ellos.









A continuación se analizaron otras especies, como el pino de la imagen, cuyo injerto excesivamente alto impide su modelado como bonsái, ya que no puede disimularse y solo se irá agravando con el tiempo. 

Sebastián aprovechó este caso para aconsejar sobre las características que se deben buscar al comprar prebonsái, nebaris y troncos naturales y una ramificación lo más compacta posible, huyendo del producto comercial cuyo único criterio de producción es la rentabilidad económica, sin tener en cuenta la calidad.


Este haya mostraba evidentes signos de debilidad, por lo que se desistió de hacerle trabajo alguno. Sebastián hizo hincapié en que la primera condición para modelar un bonsái, es que se encuentre fuerte y sano, ya que de lo contrario no se consigue nada más que poner riesgo no solo la estructura del árbol, sino su propia supervivencia.

    

A este olmo le sobraba volumen de copa, si bien su estructura era correcta, se encontraba oculta bajo una gran maraña de ramas.

         En palabras de Sebastián  “en estas especies caducas, se trabaja no solo a la rama terciaría, sino que se va más allá, se trabaja pensando incluso en cada hoja, no se pueden podar como si fuesen setos”.



A esta higuera se le cambió el frente para hacerla más ligera y dinámica.



Hubo alguna otra especie más, pero baste como resumen decir que fueron más de diez horas de intenso y ameno trabajo con este gran profesional, al que todos quedamos reconocidos tanto por su labor, como por el detalle de honrar la memoria de nuestro querido amigo Miguel Torres Avisbal. El futuro traerá nuevas colaboraciones entre Bonsái Haiku y la Asociación Cordobesa de Bonsái.

         Nuestro agradecimiento sincero también a Mª José, la esposa de Sebastián por la paciencia mostrada con todos nosotros y aguantar a esta panda de bonsaineros locos que con unas tijeras en las manos y una planta sobre la mesa, pierden la noción del tiempo.

Saludos y hasta la próxima entrega.


Texto y fotos: Pepe Zamorano
Montaje: May Martínez


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