El domingo 4 de
Agosto, los miembros de la ACB
hemos tenido la oportunidad de realizar un taller con Sebastián Fernández,
propietario de Bonsái Haiku y conocido sobradamente por todos los aficionados
al bonsái.
Este taller,
realizado en el aula Celestino Mutis del Real Jardín Botánico de Córdoba, a
cuyos responsables agradecemos una vez más su colaboración, ha sido muy
especial por varios motivos, uno de ellos las fechas de realización. Somos pocos
los aficionados que nos atrevemos a trabajar los árboles en los meses de
verano, desaprovechando con ello la oportunidad de profundizar en el modelado y
el diseño de nuestros bonsáis, perdiendo un tiempo precioso que bien utilizado
puede ayudar a aumentar la belleza y madurez de nuestros proyectos.
Y el más importante sin duda, el hecho de que se
ha realizado de forma altruista por parte de Sebastián, quien insistió en
hacerlo como forma de homenaje a Miguel Torres Avisbal.
Comenzó Sebastián explicando el por qué de
este homenaje, nos contó como conoció a Miguel cuando fue invitado para realizar la demostración en la
XI Exposición de Primavera, celebrada en el
año 1999 en el Palacio de la
Merced, y del ofrecimiento de colaboración que éste le hizo.
Como consecuencia
de aquello, cuando Miguel viajó pocos meses después a Japón, Sebastián le
encargó que le trajese un membrillero japonés
de la variedad toyonishiki. Este membrillero presenta la particularidad
de producir flores de distintos colores en la misma planta. En Bonsái Haiku
llevaban tiempo intentando conseguirla sin lograrlo.
Miguel cumplió el
encargo, para lo que se desplazó expresamente a la ciudad de Omiya, a
Mansei-en, el vivero de Saburo Kato donde compró un pequeño bonsái de esa
especie y se lo trajo. De el provienen los ejemplares que actualmente cultiva
Sebastián.
Contaba Sebastián
todo esto para destacar las cualidades de bondad y generosidad de alguien que,
sin apenas conocerlo, se esforzó y preocupó por cumplir el ofrecimiento que le
hizo, aún cuando ello le supuso trastornos y molestias. Cualidades por otro
lado de sobra conocidas por todos cuantos tuvimos la suerte de conocer a
Miguel.
Dado el alto número de
participantes, mas de quince y que no se había marcado un nivel de conocimientos
mínimos, al iniciar el trabajo, se planteó el taller analizando las distintas
especies aportadas, ya que se entendía que de esta forma las técnicas y
cuidados indicados servirían de ayuda y
guía para todos los presentes y que así sería mas dinámico el trabajo, y productivo el tiempo empleado
que haciéndolo individualmente.
Se comenzó con los
arces trífidos japoneses, analizando el estado de salud de algunos de los
ejemplares, señalando Sebastián las carencias que presentaban y la forma de
corregirlas.
También indicó las técnicas de cultivo y modelado, incluyendo poda, alambrado, pinzado, tipos de sustratos y abonado, que era necesario aplicar.
Diseño y
modelado de ramas.
Análisis y decisión
del frente.
Poda de estructura.
Zona de
Injerto de aproximación.
Rama
posicionada con alambre.
Injerto
de aproximación finalizado.
Injerto
mediante taladrado del tronco.
Una
vez dado por concluido el trabajo con los arces y tras el almuerzo, se continuó el taller analizando y trabajando los olivos y acebuches, entre ellos un
ullastre mallorquín.
La metodología
empleada fue la misma, estudio de los ejemplares aportados y aplicación de las
técnicas de modelado adecuadas a cada uno de ellos.
A continuación se
analizaron otras especies, como el pino de la imagen, cuyo injerto
excesivamente alto impide su modelado como bonsái, ya que no puede disimularse
y solo se irá agravando con el tiempo.
Sebastián aprovechó este caso para
aconsejar sobre las características que se deben buscar al comprar prebonsái,
nebaris y troncos naturales y una ramificación lo más compacta posible, huyendo
del producto comercial cuyo único criterio de producción es la rentabilidad
económica, sin tener en cuenta la calidad.
Este haya mostraba evidentes signos de
debilidad, por lo que se desistió de hacerle trabajo alguno. Sebastián hizo
hincapié en que la primera condición para modelar un bonsái, es que se
encuentre fuerte y sano, ya que de lo contrario no se consigue nada más que
poner riesgo no solo la estructura del árbol, sino su propia supervivencia.
A este olmo le sobraba volumen de copa, si
bien su estructura era correcta, se encontraba oculta bajo una gran maraña de
ramas.
En palabras de Sebastián “en estas especies caducas, se trabaja no
solo a la rama terciaría, sino que se va más allá, se trabaja pensando incluso
en cada hoja, no se pueden podar como si fuesen setos”.
A esta
higuera se le cambió el frente para hacerla más ligera y dinámica.
Hubo alguna otra especie más, pero baste
como resumen decir que fueron más de diez horas de intenso y ameno trabajo con
este gran profesional, al que todos quedamos reconocidos tanto por su labor,
como por el detalle de honrar la memoria de nuestro querido amigo Miguel Torres
Avisbal. El futuro traerá nuevas colaboraciones entre Bonsái Haiku y la Asociación Cordobesa
de Bonsái.
Nuestro
agradecimiento sincero también a Mª José, la esposa de Sebastián por la
paciencia mostrada con todos nosotros y aguantar a esta panda de bonsaineros
locos que con unas tijeras en las manos y una planta sobre la mesa, pierden la
noción del tiempo.
Saludos y hasta la próxima entrega.
Texto y fotos: Pepe Zamorano
Montaje: May Martínez